Os envío la versión extendida de la carta abierta que el coordinador y portavoz de Izquierda Unida-Verdes en la Asamblea regional, José Antonio Pujante, ha escrito al presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y que ha sido publicada hoy en el diario La Verdad (página 25).
Se equivoca usted al criminalizar a la izquierda y a los sindicatos por la brutal agresión a Pedro Alberto Cruz. Ésta es injustificable y merece la más rotunda reprobación y condena. Y el señor Cruz debe recibir toda la solidaridad y afecto por este atentado execrable. Pero acusar sin fundamento a un movimiento de protesta en el que participan miles de empleados públicos, muchos de ellos votantes, simpatizantes e incluso militantes del PP es un error imperdonable.
Jamás he usado la expresión sobrino o sobrinísimo, nunca me ha parecido relevante el parentesco que Cruz pudiera tener con usted, lo que me importa es su gestión y su orientación en la política cultural, turística y de deportes. Lo considero capaz para ejercer su responsabilidad, pero no estoy de acuerdo con ella ni con su forma de escenificar la acción política. Pero yo desde la izquierda he ejercido siempre con responsabilidad y respeto personal mi crítica. Seré todo lo duro que haya que ser en el fondo pero jamás perderé las formas. No quiero un debate de superficie, un debate espectáculo, sino un debate de fondo sobre la política de su partido en la región.
Las hemerotecas de nuestra región están llenas de excesos verbales que a lo único que conducen es a desvirtuar el debate político de fondo. Se convierte el debate en un espectáculo para no hablar y debatir con argumentos el fondo de los problemas. La anécdota, el chascarrillo, la palabra más gruesa aparecen en primer plano en busca del fácil titular mediático. Las ideas, sin embargo, quedan en un plano muy secundario.
Como profesor de filosofía rechazo la banalización de lo político y me gusta ir al fondo de la realidad. Mi debate es el debate sobre la Ley de Medidas Extraordinarias aprobada por su partido sin debate público, sin negociación con los sindicatos, sin posibilidad de que IU-Verdes pudiera presentar enmiendas a la Ley.
Y he protestado y protestaré de forma pacífica en la calle contra este brutal recorte porque me ampara la Constitución Española. Tengo el derecho democrático a manifestarme y nadie me lo va a cercenar. Aunque la antidemocrática televisión pública autonómica silencie la protesta ciudadana.
Mire usted Sr. Valcárcel, debo recriminarle su actitud ofensiva hacia la izquierda, su criminalización es inaceptable. Usted me pone en la diana con sus palabras, porque yo represento a una fuerza política nítida de la izquierda de esta región. Jamás se me ocurriría realizar una acusación sin fundamento, y menos de esta naturaleza. ¿Acaso sabe usted la filiación política de los agresores? ¿Cree usted que fue algún empleado público, un maestro, un celador, un médico, un auxiliar administrativo? Si no lo sabe, cállese. Usted y su gobierno, como propusiera hace siglos Platón para el buen gobierno de la polis, deberían aprender la virtud de la prudencia para gobernar. Lo que usted diga o haga es importante porque es el presidente de la Región de Murcia. Y la responsabilidad máxima de lo que ocurre en nuestra región es suya, para lo bueno y para lo malo. No es única, ciertamente, pero sí la máxima.
Usted ha roto el diálogo social y ha decidido gobernar por las bravas, de forma autoritaria. Además ha limitado severamente los cauces de expresión democrática en nuestra región. La democracia no es sólo votar cada cuatro años y luego tener patente de corso. Mejorar la calidad democrática de nuestra sociedad es una exigencia imperiosa. Crear canales participación ciudadana (no de control), promover el debate público de ideas y propuestas usando para ello una radio y una televisión pública que garantice la pluralidad de ideas, que informe de lo que ocurre aunque no sea del agrado del gobierno y que no manipule.
Señor Valcárcel debería comprender que la asfixia democrática, que usted ejerce en nuestra región, es una forma de violencia que incrementa la tensión como una olla a presión al impedir la canalización libre de las ideas.
Si mañana me dan una paliza ¿responsabilizo sin pruebas a la derecha recalcitrante? ¿le pido responsabilidades a usted por haberme puesto en la diana?
Señor Valcárcel sea prudente, retome el diálogo social, destape la olla y permita que la diversidad y pluralidad de ideas se manifiesten libremente para que podamos debatir de ideas y sólo de ideas.
Atentamente se despide un demócrata de izquierdas.
P.D. Transmítale al Sr. Cruz mi solidaridad y deseo de una pronta recuperación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario