Función de Carnaval.

Este sábado fui a ver una función de teatro. Dependiendo de dónde comprabas la entrada, te daban un argumento u otro así que realmente nadie sabía muy bien en qué consistía el encuentro. Lo que sí sabíamos de antemano era que el público era parte de la función, y dependiendo del público la obra acababa de una forma u otra.

La función comenzó con una parodia de cómo empezar. Lo lógico es que toda obra comienze por el principio, a mitad haya un descanso y termine con el desenlace... pues aquí no. Unos querían adelantar el final, otros querían que el principio comenzara después del segundo acto, otros querrían terminar antes de empezar... y mientras parte del público gritaba "que empiece ya, que el público se va". Solo con la presentación de los personajes, ¡¡tardamos una hora larga en comenzar!!

Como os contaba al principio, el público era parte de la función, pero para darle emoción y más gracia a la obra, se habían situado entre los asientos payasos de circos cercanos, y algún payaso de esos circos ambulantes que van recorriendo las ferias de provincia en provincia... vamos, los más pateticos porque esos no tienen ni público. Fíjate que a mi, de pequeño cuando iba al circo, los payasos siempre eran lo que más me gustaba, pero esta vez no nos hicieron a muchos ni puta gracia. Al ser además carnaval, casi todos iban disfrazados! Así era casi imposible saber quien era quien! Pero al final cansa mucho ir con la careta, y se la quitaban en algún momento para poder respirar.

La parte que más me gustó de la obra fue la cómica imitación de esa película... esa del anillo... un anillo para dominarlos a todos, o gobernarlos a todos (en las tinlieblas).
Esa parte de la función me la conseguí grabar, y os la paso:



En resumen, nos contaban una historia donde se repartieron unos anillos a unos jóvenes, para trabajar por sus compañeros y bla bla bla.
3 fueron a parar a los más puros.
7 se entregaron a los que ayudaban.
9 pararon en manos de aquellos que anelaban el poder por encima de cualquer cosa.
Pero uno... uno se forjó en secreto. Un anillo de poder para dominarlos a todos a la voluntad de quien lo tuviera... MY PRESidENT...
Ese anillo tenía voluntad propia, la identidad de hacer las cosas, y elegía a su dueño... hasta que alguien la poseyó y la obligó a someterse a la voluntad de aquellos que anelaban el poder por encima de todo... y todo bajo la supervisión del Ojo de fuego y luz... aquella luz que todo lo ve, aquella que todo lo controla.

Y llegó la hora de comer (la comida estaba incluida en el precio de la entrada), y donde nadie se lo esperaba, hubo música y espectaculo de marionetas de esos clásicos... "en un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...".

Al volver de comer (por cierto, que bueno el café!) siguó la actuación... ya con poco de comentar. Alguno se olvidó del guión y tuvo que improvisar. Todos nos sorprendimos con un león que rugió y a algunos les dió mucho miedo! Otros valientes hablaban sin que la voz les temblara... supongo que sería porque venían relajados ya que descansaban en la cama de los pecados.

Tras más horas de función, preferimos parar y dejar la 2ª parte para semanas después, es lo que tienen las trilogías, ya que la 1ª había durado muchas horas de rodaje y estábamos algo cansados... pero todo el público volveremos encantados a por más, ya que esta historia nos ha fascinado... y es lo que tienen estos finales, que te lo dejan todo preparado para la siguiente película.

¡¡Os iré contando!!